Perfiles nutricionales de los alimentos en los que figuran declaraciones.

Declaraciones de propiedades saludables sobre vegetales y sus preparados y el marco regulador más general para su uso en alimentos.

Con la finalidad de analizar en detalle y recabar opiniones de empresas y asociaciones sectoriales representativas de la industria agroalimentaria de Asturias, todos ellos miembros de la Mesa agroalimentaria de FADE, sobre la consulta de la Comisión Europea referida a “Perfiles nutricionales de los alimentos en los que figuran declaraciones” y la consulta sobre “Declaraciones de propiedades saludables sobre vegetales y sus preparados”, la Federación Asturiana de Empresarios, miembro del consorcio Galactea Plus, ha organizado el miércoles, 31 de mayo, una taller  de expertos y reunión de trabajo, a la que asistieron representantes de la industria láctea (pymes), productores y trasformadores de quesos, la asociación de industrias cárnicas de Asturias y CLAS, empresa láctea de referencia a nivel regional y nacional.

Para su desarrollo contamos como experto con Juan Díaz, gerente de ASINCAR, Centro Tecnológico Agroalimentario de referencia por el Ministerio de Economía y Competitividad y Clúster – Agrupación Empresarial Innovadora (AEI) Excelente, reconocido por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo quien, de forma dinámica y participativa, fue analizando junto con el resto de participantes del sector las implicaciones en referencia al Reglamento (CE) n.º 1924/2006 (sobre declaraciones nutricionales y de propiedades saludables –Reglamento NHC) que establece las normas de la UE relativas a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos y posibles mejoras a incorporar, con especial atención a las implicaciones en el etiquetado, en las empresas y en los consumidores.

Con respecto a la consulta sobre cómo afecta el Reglamento (CE) n.º 1924/2006 (normas de la UE sobre el uso de las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables) a las empresas más pequeñas del sector, se entró en menor detalle, ya que la pyme e industria agroalimentaria asturiana, con un gran peso del sector lácteo y cárnico, utiliza escasamente los vegetales en sus productos transformados y para consumo.

Como principales conclusiones, se destacaron:

  • Las empresas encuentran enormes dificultades para incorporar en el espacio del etiquetado toda la información nutricional que se les requiere, y para cumplir la normativa existente.
  • Por su parte, consideran que el consumidor, que así lo expresa, tiene iguales o aún mayores dificultades para entender e interpretar el etiquetado de los productos alimentarios, que recogen un exceso de información, a veces demasiado “técnica”.
  • En definitiva: la empresa quiere declarar toda la información nutricional, preceptiva y optativa, pero con el actual etiquetado no le es posible; etiquetado que, por otro lado, el consumidor no entiende.
  • Como posible solución, se propone buscar y/o fomentar el uso soluciones digitales como códigos QR para smartphones, muy utilizados por el consumidor salvo determinados rangos de edad más altos (que, por otro lado, son los que peor leen y entienden el etiquetado actual), en que pasando un lector se podría obtener toda la información requerida, de forma más amable y atendiendo a las necesidades de la empresa y el consumidor.
  • Asimismo, consideran necesario y solicitan a la Comisión uniformidad de todos los EEMM en las exigencias sobre etiquetado, ya que la falta de homogeneidad genera grandes complicaciones en el mercado interior a la hora de establecer la trazabilidad de los productos.
  • Asimismo, desde el ASINCAR se expuso el caso de éxito en el tratamiento de uno de los nutrientes que más preocupan, la sal. Esta, no tiene un sustituto (sano) que mantenga el producto en condiciones similares (ni para lácteos ni para cárnicos), y en muchos productos se identifica con el sodio naturalmente presente, debiendo indicar “Bajos en Sal” en lugar de “Sin Sal”, como realidad más cercana:
    • El sector cárnico propuso a la asociación de consumidores ACOSAN establecer unos límites en el uso de la sal y auto-diagnosticarse para que cada producto indicase el cumplimiento de esas limitaciones.
    • ACOSAN revisó la correspondencia entre el etiquetado y los componentes del producto, comprobando no sólo que la información era certera, si no que el sector había conseguido productos finales con niveles bajos en sal.
    • El sector cárnico, sin embargo, avisa que no es equiparable el resultado de productos con declaraciones “Bajo en Sal” provenientes de empresas grandes o consolidadas en el mercado, que disponen de procesos de I+D avanzados que les permiten llegar a estos resultados con relativa facilidad, que los que provienen de pequeñas empresas tradicionales, que necesariamente siguen otro ritmo de adaptación y de resultados.

Se cumplimentan los dos cuestionarios y finaliza la reunión, instando y confiando en que la Comisión tenga en consideración los problemas de etiquetado que existen actualmente para los productos alimentarios.

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